¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
No busques a Dios como te lo imaginas. No lo encontrarás.
No busques a Dios donde lo dejaste. No lo encontrarás.
No busques a Dios cuando tú quieres. No lo encontrarás.
Es inútil madrugar para buscarle. Dios madruga más que tú.
Es él quien te sorprenderá:
cuando menos lo esperes
donde menos te lo pensabas,
y del modo que no te imaginas.
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