domingo, 9 de diciembre de 2018

ABRIR CAMINOS NUEVOS

En medio de la agitación, el ruido, la información y difusión constante de mensajes, ¿quién escuchará la “voz del desierto”? ¿quién nos hablará de lo esencial? Juan grita mucho. Lo hace porque ve al pueblo dormido y quiere despertarlo, lo ve apagado y quiere encender en su corazón la fe en un Dios salvador. Su grito se encuentra en una llamada: «preparad el camino del Señor». ¿Cómo abrirle caminos a Dios? ¿Cómo hacerle más sitio en nuestra vida?

Búsqueda personal. Para muchos, Dios está hoy encubierto por toda clase de prejuicios, dudas, malos recuerdos de la infancia o experiencias religiosas negativas. ¿Cómo descubrirlo? Lo primero es buscar al Dios vivo, que se nos revela en Jesucristo. Dios se deja encontrar por aquellos que lo buscan.

Atención interior. Para abrir un camino a Dios es necesario descender al fondo de nuestro corazón. Quien no busca a Dios en su interior es difícil que lo encuentre fuera.

Con un corazón sincero. Lo que más nos acerca al misterio de Dios es vivir en la verdad, no engañarnos a nosotros mismos, reconocer nuestros errores. El encuentro con Dios acontece cuando uno siente la necesidad interior.

En actitud confiada. Algunos no terminan de creerse que Dios solo es amor. Despertar la confianza en este amor es empezar a vivir de manera nueva y gozosa con Dios.

Caminos diferentes. Cada uno ha de hacer su propio recorrido. Dios nos acompaña a todos. No abandona a nadie, y menos cuando se encuentra perdido. Dios que conoce hasta el fondo el corazón de cada persona.

José Antonio Pagola

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