martes, 9 de abril de 2019

CAMINAR HACIA LA FRATERNIDAD

Estamos necesitados de generosidad para leer lo que nos va pasando de una manera amparadora. De lo contrario el juicio comienza a funcionar. Y una vida en las afueras con el juicio por compañero tal vez no merezca la pena.

El año 2010 se otorgó el Premio Príncipe de Asturias al sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío Zygmunt. Baumann. En su breve discurso dijo: «Es en dicho mundo, en un mundo donde la única certeza es la certeza de la incertidumbre, en el que estamos destinados a intentar, una y otra vez y siempre de forma inconclusa, comprendernos a nosotros mismos y comprender a los demás, destinados a comunicar y de ese modo, a vivir el uno con y para el otro».

El camino hacia la fraternidad es tan largo como el mismo caminar humano. Cansarse de él es como cansarse de ser humano. Una pérdida. De ahí que siempre que se reflexiona sobre este tema haya que concluir reafirmando la fe en el camino de la fraternidad. Nos va en ello el gozo y el sentido de la vida. Y también el del Evangelio.

Fidel Aizpurúa, capuchino

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