Estamos convencidos que la Fortaleza, es una palabra clave ligada con la Cuaresma, la capacidad de permanecer siempre firmes a nuestros ideales, valores, sentimientos, propósitos, cualidades y talentos, a todo aquello que nos vuelve seres únicos e irrepetibles, tal y como lo hizo Jesús, que a pesar de las dificultades, dudas y tormentas ante (de) su trayecto (o proyecto) de humanización divino, no desfalleció, decidió aferrarse a su infinito amor al Padre, sus convicciones (creencias) , su propósito y continuó con mucha más fortaleza (fuerza), con un espíritu y una fe renovada, con Luz y Fuerza.
Sin lugar a duda, el Evangelio es un relato inspirador, ya que nos muestra lo importante que es la fuerza de voluntad y la fortaleza en el caminar (al que llamamos vida) para poder vivir a profundidad la vida.
¿Cuántas veces hemos llegado a sentir que la vida nos tiene entre la espada y la pared? No vale la pena calificar como bueno o malo, si no tomar consciencia que experimentamos que a veces las cosas no marchan de acuerdo a nuestros planes, anhelos o deseos, momentos en los que caemos y tocamos fondo; podemos ver esto como las oportunidades que nos da la vida misma para volver a empezar y reconstruirnos, renovarnos. Es tiempo de cambiar,
Son esos momentos difíciles donde necesitamos salir delante de cualquier manera, y el primer paso para lograrlo, es darnos cuenta que sí se puede creer en nosotros mismos, podemos aferrarnos a lo mejor de mí, aprender a vivir, ser felices y ayudar a los demás a que también sean felices, crecer y ayudar a crecer, acompañar y ser acompañado, ser cada día más humanos, mejorar y empezar a vivir de nuevo, vivir de forma auténtica.
Alex Alarcón y Sergio Mesa
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