Hay quien habla en los ámbitos laborales y también en las redes sociales de “renuncia silenciosa”. Este Sábado Santo podría ser, de algún modo, una renuncia silencia: renunciar a la prisa, al ruido, al estrés para dejarle sitio a Jesús y a su Palabra, para mirar de nuevo lo que tantas veces hemos visto y encender otra vez la chispa que puede hacer arder el corazón.
Se trata de intentar entender y apreciar a este Jesús que
pasa por el camino de su muerte y que termina, a pesar de todo, en triunfo de
vida generando experiencias personales. Es que, generalmente, creemos por lo que
nos dicen otros. Y eso está bien. Pero la parte más importante de la fe es la
que construye cada uno. Se trataría de creer más por sí mismo, por la propia
experiencia, aunque sea pequeña.
Desde ahí, ¿cómo entender al Jesús de la pasión que “calla”?
Parece que debería hablar, que tendría que confundir a quien le maltrata con
argumentos incontestables. Pero él calla. Aprende hoy el valor del silencio, de
la escucha, de no querer estar siempre en el candelero. El Jesús de la pasión
es alguien que se sabe vivo por dentro, aunque por fuera se le trate como a un
desarraigado.
Y ¿cómo entender al Jesús resucitado? No como un “vencedor”
que derrota a sus enemigos y los machaca, sino como uno que triunfa del
desconsuelo, que emerge del mar de las lágrimas, que vuelve a sonreír con amor
vivo. Él, que sabe de llagas, toca las llagas de nuestra vida para irlas
curando con nuestra colaboración.
Cuando Francisco oraba ante el Cristo de san Damián, decían
los que le conocieron que “salía distinto que cuando había entrado” a la
oración. Algo de esto tendría que pasarte en esta Pascua 2023: terminar un poco
distinto, un poco más enamorado de Jesús, un poco más responsable de tu fe, un
poco más agradecido de tener hermanos y hermanas que hacen camino contigo. Que
el Jesús “Humano, más humano” que Pilato muestra cuando dice “Ahí tenéis al
Hombre” en la pasión y el Señor que llama “hermanos” a sus discípulos después
de la resurrección avive tu corazón y transforme un poco tu vida. Pídeselo con
deseo.
Para la reflexión personal:
- ¿Cómo estás últimamente, las últimas semanas? Párate y hazte consciente de lo que estás viviendo últimamente.
- Respira hondo y mira la naturaleza que tienes alrededor, solamente deja que te inunde, sin pensar en nada más solo déjate invadir por ella.
- ¿Qué te parece el Jesús de la pasión que “calla”?
- ¿Qué piensas de un Jesús que es “vencedor” sin derrotar a nadie?
- ¿En qué tienes que ser más humano/a?
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