Los seres humanos, no vivimos apartados unos de los otros, no vivimos descarnados de la naturaleza propia y la que nos rodea. Cada persona está llamada a vivir en el mundo en comunión con la creación y con todo lo que la compone. Francisco entendió que la creación entera es parte de la salvación que trae Jesús, que ha sido ella el medio por donde Dios salva, actúa, reconcilia y se manifiesta.
Francisco fue un místico y un poeta que no se queda con la superficie y lo romántico sino que capta el sentido profundo de las cosas. Su espíritu está dirigido a Dios no como arrebato, evasión o éxtasis, sino que pasa por la comunión fraternal con sus hermanos y con todas las criaturas por más pequeñas que sean, pues sabía que todas ellas tenían con Él un mismo principio.
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