“Desear celebrar” es algo muy inherente al hombre y de ahí que forme parte de toda la historia de la humanidad, de todas las clases sociales, de todas las edades de la historia y se hace especialmente presente en algunos tiempos y días.
Tenemos tantas ganas de celebrar y nos parece tan importante que hasta en estos últimos años las celebraciones llenan nuestras publicaciones en las redes sociales y parece que no celebramos si no lo compartimos. Si no se ve, no existe, dicen algunos.
Pero el deseo de celebrar es mucho más profundo y nace de las propias entrañas del ser humano. Deseo celebrar una llegada, deseo celebrar un encuentro, deseo celebrar un año más de reunión familiar en la que estemos todos… pero hay un deseo por encima y que nos mueve desde hace muchos años y que Francisco y Clara especialmente lo entendieron: “deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera cómo fue reclinado en el pesebre”. Y al igual que años antes Jesús pidió que se dispusiera todo para preparar la Pascua, Francisco encargó que se dispusiera todo para celebrar también esta pascua, este paso que supuso para la humanidad el nacimiento de Jesús.
Aunque este año no todo esté como te hubiera gustado…¡¡¡celebra!!! Porque por encima de las formas, está el motivo de la celebración y ese motivo sobrepasa nuestras expectativas. Por encima de la tristeza, del desencanto, de la nostalgia, de la falta de salud, no podemos negar que lo que celebramos es el Nacimiento del Hijo De Dios.
Clara López
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