jueves, 15 de diciembre de 2022

MEMORIA

En las dos semanas anteriores de Adviento nos hemos parado ante una actitud que forma parte de lo más profundo de nuestra existencia, “el deseo” y una acción que llena de alegría nuestra vida, “celebrar” y damos esta semana un paso más y nos predisponemos ante el objeto de lo que queremos celebrar, “la memoria”. Nadie se pone a celebrar porque sí, cuando celebramos, celebramos algo y nosotros, los cristianos, hacemos “memoria”.

Está muy de moda últimamente la memoria histórica y por desgracia algunos de los temas que se han tratado en ella han dividido a la población. Ahora no, si algo nos une a los cristianos es el reconocimiento del nacimiento del Hijo de Dios y de ello hacemos memoria.

Relacionado con el término “memoria” está “memorial”, una palabra bíblica que aparece en el libro del Éxodo. Es una palabra que me parece preciosa, que conecta con algo para mí muy auténtico, porque se refiere no al mero recuerdo de la acción de Dios en el pasado, sino a la actualización en el rito de ese pasado para que otras personas puedan participar en él. De ese modo, cualquier forma de celebrar que yo tenga en estos días, cualquier rito que haga, se convertirá en un memorial del misterio del Nacimiento y podré participar de él tal cual como lo hicieron hace más de dos mil años.

Qué bien lo entendió Francisco cuando dispuso todo en Greccio frente al pesebre que preparó. Con razón lloraba y se emocionaba pues de ese modo traía hasta lo más profundo de sus entrañas el Misterio pudiendo así participar de él.

Cuando llegan estas fechas hay una tendencia a la tristeza, al desánimo y a la huida y a mí desde hace años, lo que me salva, lo que me centra es hacer real esta memoria. La Navidad no es en sí una fiesta familiar, aunque sí se celebre en familia. No es una fiesta gastronómica, aunque prefiramos cuidar durante esos días lo que comemos y menos aún es la fiesta de los regalos, aunque sea un medio de demostrarnos el cariño. Nada de eso hace la Navidad.

Si consiguiésemos poner el acento en lo único que de verdad forma parte de la Navidad que es la memoria del Nacimiento de Jesús, muchas de nuestras frustraciones no tendrían lugar o sería más fácil vencerlas. A ello os invito y me lo recuerdo a mí misma: este año DESEO CELEBRAR algo que me llevará a vivir y participar como si estuviera en Belén, un Nacimiento que hace que mi vida sea diferente, lo demás, adornos que prefiero pero que intentaré no necesitar.

Clara López

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