martes, 3 de marzo de 2015

QUITARNOS LA PIEDRA DEL ZAPATO

En el camino de nuestra vida, con frecuencia encontramos piedrecillas que nos hacen tropezar, o simplemente, se introducen en nuestro zapato y no nos dejan caminar, duele sentirla molesta en el pie y resulta difícil poder continuar en cada paso…
   Hay quienes se pasan su vida con la piedrecilla en el zapato, y así se torturan, o simplemente renuncian al camino, se dejan vencer, porque no saben andar con esa molestia… pero otros, con espíritu luchador, que no renuncian ante la dificultad, saben que es mejor tal vez detenerse, sacarse el zapato, liberarse de la piedra, y continuar el camino.
   Nos quejamos por pequeñas piedrecillas, renunciamos ante el primer obstáculo, preferimos los caminos lisos, sin nada que nos haga tropezar o caer, porque nos cuesta asumir las dificultades, es mejor muchas veces, encontrar el atajo, lo fácil, o todo ya terminado…
   Pensemos por un momento cuáles son las piedras que tenemos en nuestras zapatillas:
  • Las piedras de la incomprensión, la intolerancia, el creerse más y mejor que los demás, la marginación, la indiferencia …
  • Las piedras de la vagancia y la falta de voluntad, la falta de esfuerzo y la decepción que eso provoca
  • Las piedras de la violencia y el odio, del rechazo y la agresividad
  • Las piedras de la apariencia y la superficialidad, del parecer y el tener frente al ser y al crecer
  • Las piedras de querer siempre ganar de cualquier modo
  • Las piedras del mal humor y el pesimismo, de los pensamientos negativos
  • Las piedras de la insolidaridad y de la avaricia, de la falta de compartir…
Quitarnos las zapatillas y sacar todas estas piedras son el objetivo que tenemos por delante en esta cuaresma.

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