jueves, 13 de febrero de 2020

¿QUÉ DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE LOS POBRES?

Antes que nada, habrá que tener en cuenta que en el tiempo de Jesús no existían las clases medias, con lo que el número de pobres era prácticamente el de toda la población, excluidos los pocos ricos de siempre. Aunque hubiera distintos niveles, la pobreza era la tónica general.

No es de extrañar que la propuesta de Jesús fuera orientada a las pobrezas y que los pobres entendieran, a su manera, que lo que Jesús proponía era algo que les concernía. Incluso más, algo decía a la gente de abajo que el perfil de Dios que Jesús ofrecía tenía que ver con sus sueños de liberación.
  • Para Jesús, los pobres están en el centro de su sueño del reino (Mt 11,4). No es una consecuencia de la fe, sino el centro de ella: si no entran los pobres en la fe no entra Jesús.
  • Jesús cree que los pobres tienen derecho a su parte de dicha. Por eso, son bienaventurados quienes eligen el ámbito de la pobreza para humanizarla y combatirla, para generar solidaridad con quienes la sufren más (Mt 5,39).
  • Al salir a los caminos Jesús hace suya la causa de los pobres, sus anhelos de justicia hasta el punto de que eso da sentido a su misión: anunciar a los pobres la liberación (Lc 4,18).
  • Los pobres no son mejores por ser pobres, tienen más entrada en el sueño de Jesús porque su sueño apunta a la mera igualdad (Lc 1,51-53).

Texto: Mc 12,43-44:«Él llamó a los discípulos y les dijo: -En verdad en verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más que todos esos que contribuyen al tesoro, porque ellos han echado de lo que les sobra, pero esta ha echado de su falta».
  • Que una mujer pobre sea puesta como ejemplo de ciudadana del reino es algo raro. Los ejemplos de ciudadanía, y más en la antigüedad, eran siempre de personas honorables y ricas, muchas veces más ricas que honorables. Aquí es una viuda pobre, dos pobrezas juntas, toda la pobreza en una sola persona.
  • La pobreza, según Jesús, no está reñida con la generosidad. Jesús ha hecho muchas veces la pregunta de la compasión y de la generosidad: ¿qué puedo hacer por ti? (Mc 10,46-52). Hay pobres que son generosos, y en modos grandes. Cree el evangelio que los pobres tienen valores. No son únicamente su pobreza. Ellos también albergan un corazón y ahí hay un indudable componente humano.
  • Esta pobre, además de generosa es confiada porque no exige que se le den cuentas de su aportación. Tal vez nosotros tengamos que exigir tales cuentas, pero la confianza es un valor innegable. Hemos de confiar en que el dinero social, en parte cada vez más creciente, llega a los frágiles.
  • Quizá lo que quiere enseñar el evangelio es el desplazamiento hacia el mundo de las pobrezas. No intenta, en primer lugar, una generosidad económica sino lograr una sintonía con esas pobrezas porque de ahí podrá brotar la solidaridad. No se podrá revertir la situación de los pobres con niveles escasos de sintonía con ellos.
  • La mujer se queda “en falta” económica, quizá porque piensa que alguien se ocupará también de ella. La solidaridad engendra vínculos de humanización que benefician a todos. Una sociedad solidaria es una sociedad de mejor nivel humano. Una sociedad egoísta y excluyente termina siendo dura con todos sus ciudadanos. En ese sentido es cierto que los pobres, como decimos a veces muy alegremente, nos humanizan y evangelizan.

Aplicación:
  • Los riojanos en riesgo de pobreza caen a la mitad que en el 2010, pero son aún 45.000. La tasa regional se fija en el 14,4%, la segunda más baja del país tras la navarra (13,5%) y 12,2 puntos por debajo de la media nacional. Las cifras de la vergüenza merman, pero aún son demoledoras. En La Rioja, el 14,4% de la población, 45.302 personas, vive en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, según el VIII informe correspondiente al 2018 denominado 'El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2017’.
  • No creamos que los pobres son solamente aquellos que piden en la calle. Esos son minoría. Los pobres con riesgo de exclusión puede ser gente normal, que trabaja incluso pero que sus ingresos andan en los límites fijados para una supervivencia digna. El umbral en España es de 8.522 euros anuales y el de La Rioja es de 9.475. No podemos pensar que son cifras suficientes para salir de la pobreza, porque cualquier traspié te lleva a la cuesta abajo de la exclusión.
  • Uno de cada cinco riojanos se encontraba al cierre del pasado año en riesgo de pobreza o exclusión social. ¿Qué pasa que no terminamos de ver esto? El 37,3% de los hogares riojanos confiesa dificultades económicas para llegar a fin de mes, 9,6 puntos más que un año antes.
  • Interesarse por las pobrezas es algo que está en el núcleo mismo del ser persona y del ser cristiano. Del ser persona, porque la respuesta que damos a las situaciones de precariedad del otro nos hace sujetos morales, nos dice qué tipo de personas somos. Y del ser cristiano, porque sin preocupación por los pobres no hay seguimiento de Jesús, aunque quizá haya religión.
Fidel Aizpurúa, capuchino

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