domingo, 21 de marzo de 2021

ECOEVANGELIO: MOSTRAR A JESÚS CUIDANDO NUESTRA CASA COMÚN

La región de América Latina es considerada la más peligrosa para ejercer activismo medio ambiental. Así lo dio a conocer Global Witness, organismo dedicado a recopilar este tipo de datos. En su informe 2019, “Defendiendo el mañana”, denunciaron que 212 activistas fueron asesinados en el mundo, las dos terceras partes eran de Latinoamérica. Estos son los mártires de hoy, testigos que han dado la vida por su comunidad, por su familia, por el mundo entero, protegiendo el medioambiente y la tierra. Estas vidas silenciadas nos recuerdan a un tal Jesús de Nazaret.

Testimonio y dar la vida para que otros vivan son elementos del Evangelio de este V domingo de Cuaresma. El texto dice que algunos griegos se acercaron a Felipe con la siguiente petición: “Señor, queremos ver a Jesús” (cf. Jn 12,21). La petición muestra la mediación para entrar en contacto con Jesús. Esta misma resuena también como imperativo para la misión. También hoy la humanidad quiere ver a Jesús y nosotros tenemos la responsabilidad de llevarlos a Él. Formas de hacerlo hay muchas, pero ninguna exime el testimonio. Y hoy ser testigos del Señor también tiene notas de cuidado por la creación. «Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni es un aspecto secundario de la experiencia cristiana» (LS 217), nos dice el Papa Francisco en la encíclica Laudato si’. Si hoy no ven en nosotros convicción y decisión por el cuidado de nuestra casa común, poco podremos decir de Jesús; por lo menos a las nuevas generaciones que tienen gran simpatía con el tema ecológico y se adhieren a Él con radicalidad. En esta línea, no solo no es extraño que el cristiano se involucre en búsquedas comunitarias con este fin, sino que es el camino para lograr cambios duraderos (cf. LS 219). «A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales» (LS 219).

Hoy quienes mejor han entendido esta consigna son los defensores ambientales; su voz profética es un llamado a la acción por el bien común. Ellos pertenecen a esa cadena humana que muriendo dan fruto abundante, como el Maestro. Junto a Él muchos siguen corriendo con la misma suerte (cf. Jn 12,26), como el hermano Paul McAuley.

El EcoEvangelio quiere resaltar el valor de una vida entregada a una causa común en favor de la Creación y también quiere destacar el bien que podemos hacer unidos. Para este mes de marzo puedes conocer y sumarte a la marcha organizada por Juventud por el clima. Los hombres y mujeres de este tiempo quieren ver a Jesús y nuestro compromiso por el cuidado de la creación es el modo imperioso de mostrárselos.

Hna.Gladys de la Cruz HCJC

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