Las lecturas de hoy siguen advirtiéndonos de que nuestro pecado está destruyendo nuestras comunidades, la familia humana y la Tierra, el hogar solidario y nutritivo de todos nosotros. Nos desafían a ser activos y proféticos para trabajar por la Nueva Creación en estos tiempos. Y nos guían en la oración para pedir una mayor conciencia de nuestras "faltas desconocidas" y de su grave gravedad, para pedir que nos liberemos de su poder destructivo sin importar el coste.
Entremos en la quietud de nuestros espíritus... conscientes del regalo de Dios, de la Tierra, su rica diversidad de vida... conscientes de su destrucción y sufrimiento por el consumo excesivo, la explotación y la crisis del aumento peligroso de las temperaturas a nivel mundial... y, sin embargo, hogar de millones de personas que se levantan para restaurar, sanar y salvar nuestra casa común....
En el pasaje del Evangelio, Juan desempeña el mismo papel que Josué desempeñó con Moisés. Le cuenta a Jesús que él y los demás trataron de impedir que alguien que no seguía a Jesús expulsara demonios en su nombre. Al igual que Moisés, Jesús rechaza la propiedad exclusive de las buenas obras. Insta a sus discípulos a respetar a los que hacen estas obras: "Porque el que no está contra nosotros, está por nosotros".
Es importante recordar este mensaje cuando los miembros de la comunidad católica colaboran y forman redes con personas de otras confesiones o sin fe que no comparten todas las creencias o posiciones morales de la Iglesia. En los últimos años, muchas agencias católicas de servicios sociales de todo el mundo han sido atacadas duramente por miembros de su propia iglesia en algunos países por colaborar en el trabajo por la justicia y por la protección y restauración de la Tierra con quienes no comparten la posición oficial de la Iglesia en cuestiones éticas controvertidas, especialmente el aborto. Al trabajar para restaurar la Tierra y salvar a todos sus habitantes del sufrimiento y la destrucción devastadores, nuestra posición tiene que ser, en las palabras que utilizó Jesús, que quien no está en contra de nosotros está a nuestro favor. Y nuestra oración debe ser: "¡Ojalá todos fueran profetas!".
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