jueves, 14 de abril de 2022

JUEVES SANTO: EL HERMANO QUE ESTÁ CONTENTO SIRVIENDO

Esta tarde vamos a leer en la celebración un texto que conocemos de sobra: el lavatorio de los pies. Es el fiel dibujo de un Jesús que está contento sirviendo, que no tiene inconveniente en cogernos los pies, aunque estén sucios, y lavarlos con mimo. Se entrega a la tarea. Y eso es un reflejo: lava toda nuestra persona, nuestro cuerpo y nuestro corazón.

Y lo hace contento, como quien lo considera una suerte. No le importa que esos pies hayan andado caminos raros o que, incluso, se hayan alejado de él. Los cuida con mimo como diciendo: todo lo tuyo me importa, tus idas y venidas me interesan, en los caminos que vas eligiendo, te acompaño.

Fíjate en lo que dice a Pedro: “Si no te dejas lavar los pies, no tienes nada que ver conmigo”. O sea: si no te interesan los pies de tu hermano, es como si tú y yo fuéramos por caminos diferentes. Por eso, las sendas de tu hermano, de tus amigos, de las personas que amas e incluso de las que no conoces, son tus sendas. Tienes que cuidar los pies de quienes andan por eso caminos, tienes que servirles lo mejor que sepas y puedas.

Dice san Francisco que nosotros nos hacemos hermanos de Jesús “cuando hacemos la voluntad del Padre del cielo”. Y la voluntad de Dios es clara: que nada se pierda, que todos lleguen a su cuota de dicha, que la alegría desplace a la pena. A eso apunta el servicio.

Cuando esta tarde participes en la celebración del lavatorio, puede repetirte por dentro: “Estoy contento cuando lavo los pies de mis hermanos”. Eso te hace hermano del Jesús que lava pies, del Hermano que acaricia nuestra debilidad y la sostiene. Lo hace con gusto y amor. Así tendrías que hacerlo tú.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

  1. ¿Te parece interesante el perfil de un Jesús que lava pies?
  2. ¿Qué pies tendrías que lavar hoy mismo?
  3. Escucha la canción "Sigue habiendo" de Ixcis como si rezaras.

 

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