domingo, 28 de febrero de 2021

ECOEVANGELIO: LA MONTAÑA, LUGAR DE SUBIDA INTERIOR

Navegando en internet encontré el slogan de una agencia de viajes de montañas, que decía: Descubre lo que se siente estando en la cima de una montaña, no dejes que te lo cuenten. Traigo al caso este hecho, porque me hizo pensar en la experiencia de oración como encuentro personal con el Señor, del que todos somos capaces y del que no podremos gozar si solo escuchamos las experiencias que otros nos cuentan. La oración cristiana tiene mucho de montaña; bíblicamente simboliza un lugar de subida, no solo exterior, sino sobre todo interior. También para otras religiones y tradiciones culturales, la montaña es símbolo de lo sagrado. En general, el monte tiene en sí un efecto atrayente al misterio; en la cima, creyentes o no, experimentan la conexión con algo que los supera. Quizás esta sea la razón por la cual muchos escaladores van acumulando conquistas en alturas, anhelando sumar siempre más.

El Evangelio de este domingo, segundo de Cuaresma, se desarrolla en una montaña. Recordemos que el anterior tuvo lugar en el desierto. Marcos nos cuenta que Jesús sube a la montaña con Pedro, Santiago y Juan, y ahí se transfigura (cf. Mc 9,2). El evangelista da cuenta de esta experiencia haciendo notar que las vestiduras de Jesús se volvieron blancas y deslumbraban (cf. Mc 9,3). El Papa emérito, Benedicto XVI, en su comentario de la Transfiguración dice que este «es un acontecimiento de oración; se ve claramente lo que sucede en la conversación de Jesús con el Padre: la íntima compenetración de su ser con Dios, que se convierte en luz pura», por eso, se hace notar que las vestiduras deslumbran.

El mensaje de este domingo es una clara invitación a retomar nuestra experiencia de oración; ésta ha de volver al centro de nuestra cotidianidad tan ajetreada, con pocos espacios para respirar a Dios, y volver a sentir su amor presente e incondicional. El EcoEvangelio, de este domingo, se plantea en esta línea, resalta la subida a la montaña, porque los cristianos "no escapamos del mundo, ni negamos la naturaleza cuando queremos encontrarnos con Dios" (LS 235). Jesús nos ha elegido también a nosotros para subir a la montaña junto a Él, para liberarnos del peso de la vida cotidiana y respirar el aire puro de la Creación. Esta subida nos dará altura interior y nos permitirá intuir al Creador.

Hna. Gladys de la Cruz HCJC

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