miércoles, 6 de octubre de 2021

FRANCISCO DE ASÍS EN LA FRATELLI TUTTI

«Fratelli tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él». Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite. (Papa Francisco)

Un estilo de vida con sabor a evangelio es el estilo de vida franciscana. ¿Cómo sabemos que nuestra vida sabe a evangelio? Si hay una experiencia personal de Jesús y si hay gozo fraterno. La experiencia personal es básica: creer por propia experiencia ayudado de los hermanos y hermanas. No se trata de “tener fe” sino, sobre todo, de estar enamorado, de vivir con mística, de mantener la ilusión por un Jesús vivo y acompañante. Y luego, tener una experiencia de gozo compartido. La fe se ahoga en las amarguras. Necesita como el aire para respirar la alegría, el amor e, incluso, un cierto buen humor.

El amor de Francisco de Asís es un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Y se demuestra al ver que, tras tantos años, nosotros seguimos recordándole y amándole. ¿Qué nos da para que le amemos? Un amor sin condiciones, sin juicio, sin apropiación. Un amor de hermano que no juzga, que no nos quita nada, que devuelve amor aunque no se le ame. Intentar no poner límites al amor, no poner condiciones ni precio. No querer sacar provecho exclusivo del amor. Ya lo dice el Cantar 8,7: “Quien quisiera comprar el amor con todos los bienes de su casa se haría despreciable”.

Una fraternidad abierta es la que no se queda en: de dónde es el otro, de dónde viene, qué caudal intelectual tiene, que características conforman su carácter... Una fraternidad que ha ensanchado los límites de su tienda hasta abrazar a todos, sobre todo a los frágiles (“Ensancha los límites de tu tienda”: Is 54,2). Fraternidad abierta de mente, de corazón, de casa, de mesa, de ideología. Una comunidad flexible, acogedora, disculpadora, perdonadora. 

Fidel Aizpurúa, capuchino

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