¡Qué bonita oportunidad de pasar tiempo juntos, de volver a pensar lo que significa ser familia, de fortalecer vínculos y olvidar rencillas!
¡Qué oportunidad para dedicarse tiempo a uno mismo, a revisar el proyecto de vida, a conocernos mejor, a descubrir el aliento de Dios en cada una de nosotras! Podremos hacer hueco al silencio, dejar espacio para curarnos y, en definitiva, salir reforzados cuando esto pase.
¡Qué oportunidad para leer, ver series y expandir nuestra cultura!
¡Qué oportunidad para …!
… para caer en la cuenta de lo afortunados que somos y valorar lo que tenemos. Podemos aprender mucho del momento presente, creo que sobre todo en cuanto a lo privilegiados que somos, porque perder o sentir amenazados nuestros privilegios debería inspirarnos una enorme empatía con aquellas personas que no gozan de nuestra suerte. Para acabar deseo que no olvidemos esta situación cuando salgamos de ella, que no olvidemos que un día tuvimos hambre y nos dieron de comer, que tuvimos sed y nos dieron de beber, que estuvimos desnudos y nos vistieron. Ojalá que la humanidad que despierta en nosotros no se aletargue y nos empuje avanzar en la historia de la Salvación.
Enrique Fraga Sierra
Tomado de rpj.es
Tomado de rpj.es
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